Es el elemento más simple de la comunicación
visual y a la vez el más complejo de la imagen. Solemos pensar que el punto tiene
unas dimensiones y forma definidas: es pequeño y redondo. Pero el punto
"real" puede adoptar infinitas formas desde el
grano fotográfico , la mancha de un pincel,una pequeña cruz,un asterisco...... Además, como elemento morfológico,
tiene una dimensión variable.
Si, por ejemplo, observamos de cerca y con ayuda de una
lupa una pantalla de TV podremos observar que la imagen se compone de puntos
(rojos, verdes y azules) que dan forma a la imagen.
Lo mismo ocurre en una fotografía tomada, por ejemplo, de
la prensa; si aumentamos la imagen paulatinamente iremos viendo los elementos
que la componen (pequeños puntos de tinta).
Cuando vemos varios puntos dentro de una determinada
composición, por el principio de agrupación, podemos construir formas,
contornos, tono o color (como las imágenes de semitonos creadas con tramas de
puntos para su composición).
La característica más especial del punto es su
intangibilidad, imperceptibilidad e inmaterialidad. Es decir, para existir no
es necesario que el punto esté representado materialmente en la imagen. No es
necesaria la presencia gráfica de un punto para que éste actúe plásticamente en
la composición.
En este sentido, podemos hablar de tres tipos de puntos
implícitos:
- Centros geométricos: en el espacio plástico el centro es el foco principal de atracción visual.
- Puntos de fuga: son polos de atracción visual e provocan una visión en perspectiva.
- Puntos de atención: son posiciones de la imagen que, por la
disposición de los elementos icónicos, provocan y atraen la atención del
observador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario